La filosofía de Platón en
la actualidad
III. La filosofía de Platón
1. La ontología platónica
Prestemos atención al mapa siguiente.
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´Cómo se divide la filosofía platónica. Lo importante en este blog es la Antropología. |
El tema fundamental del que corresponde ocuparnos es el alma humana, el cual pertenece a la antropología filosófica, porque refiere directamente a quién es el hombre y cuál es su esencia .
Ahora bien, la antropología platónica, como puede apreciarse en cuadro precedente, tiene como base (al igual que cada aspecto de su filosofía) a la ontología. La ontología es la especulación respecto de la realidad, la pregunta por qué es lo real.
“As a first approximation, ontology is the study of what there is. Some contest this formulation of what ontology is, so it's only a first approximation. Many classical philosophical problems are problems in ontology: the question whether or not there is a god, or the problem of the existence of universals, etc.. These are all problems in ontology in the sense that they deal with whether or not a certain thing, or more broadly entity, exists. But ontology is usually also taken to encompass problems about the most general features and relations of the entities which do exist.”
Evidentemente, en esta breve investigación no podemos hacer una exposición completa de la ontología platónica, pero vale la pena conocer brevemente la Teoría de las Ideas, que es su base fundamental.
La Teoría de las Ideas es un dualismo que separa la realidad en dos ámbitos. Uno de ellos es el de las Ideas, y el otro es el mundo concreto que nos rodea.
Esta dualidad es de importancia trascendental para comprender, posteriormente, la idea que tiene Platón del hombre.
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El mundo material sería el reflejo del caballo; mientras
el caballo sería la idea de "caballo" |
Para Platón, el mundo que vemos y sentimos (el mundo sensible), no es el mundo propiamente real. De hecho, lo que nosotros llamamos realidad, no es sino la sombra de lo propiamente real.
Veamos.
De la misma forma que el caballo de nuestra imagen se refleja en el agua, mostrándonos una figura borrosa e imperfecta de sí mismo, así el mundo que vemos es un reflejo del mundo perfecto de las Ideas, que son las esencias absolutas del universo.
“El ser verdadero, que la filosofía venía buscando desde Parménides, no está en las cosas, sino fuera de ellas: en las ideas. Estas son, pues, unos entes metafísicas que encierran el verdadero ser de las cosas; son lo que es auténticamente, lo que Platón llama όντως [ontos]. Las ideas tienen los predicados exigidos tradicionalmente al ente y que las cosas sensibles no pueden poseer: son unas, inmutables, eternas; no tienen mezcla de no ser; no están sujetas al movimiento ni a la corrupción; son en absoluto y sin restricciones. El ser de las cosas, ese ser subordinado y deficiente, se funda en el de las ideas de que participan. Platón inicia la escisión de la realidad en dos mundos: el de las cosas sensibles, que queda descalificado, y el de las ideas, que es el verdadero y pleno ser.”
Así, la realidad se aprecia de la siguiente forma:
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Aquí se ven las características de cada uno de los mundos |
Pero esta dualidad no es predicable solamente de los objetos o los entes individualmente considerados, sino que también es propia (e incluso, más propia) de los conceptos que componen la belleza.
2. Antropología platónica: el alma.
Ahora, consideremos esta división de la realidad en dos o dualidad en el plano antropológico.
“We must recognize that the soul is a different sort of object from the body—so much so that it does not depend on the existence of the body for its functioning, and can in fact grasp the nature of the forms far more easily when it is not encumbered by its attachment to anything corporeal. In a few of Plato's works, we are told that the soul always retains the ability to recollect what it once grasped of the forms, when it was disembodied prior to its possessor's birth (see especially Meno), and that the lives we lead are to some extent a punishment or reward for choices we made in a previous existence (see especially the final pages of Republic)” .
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Esta metáfora, refiere a cómo el cuerpo es el encierro del alma |
Lo primero a señalar es que la dualidad es solamente posible cuando entendemos que, tal y como citamos líneas arriba, el alma y el cuerpo son dos sustancias completamente diferentes la una de la otra.
Como mostramos al final del apartado anterior, el mundo de las Ideas, del cual el alma es originaria, es inmaterial y eterno, mientras que el cuerpo, perteneciente al mundo sensible es material, y sujeto al paso del tiempo. Y, sin embargo, el alma se encuentra dentro del cuerpo.
Volveremos a esto. Por ahora, surge la pregunta: ¿es el hombre cuerpo o alma? Esta pregunta es fundamental para este trabajo, y su respuesta tiene una profunda relación con la ontología que explicábamos antes.
“Unión de cuerpo y alma, el hombre tiene su verdadera esencia en esta, que es de naturaleza idéntica a la de las ideas (simples, invisibles, inmutables) y las ha contemplado antes de entrar en el cuerpo (y por eso es capaz del conocimiento, que es reminiscencia).”
De hecho, la doctrina platónica del alma, como mencionábamos antes, bebe directamente de fuentes pitagóricas, y órficas.
“También son órficas dos ideas solidarias expuestas por Platón, una en el Fedón (62 b), la de que las personas estamos en una especie de reclusión y, sobre todo, que no debemos liberarnos de ella ni escapar, y otra en el Grátilo, ya citada, según la cual el cuerpo es sepultura (soma, sema) del alma, porque el alma, que paga un castigo que debe pagar, lo tiene como un recinto, a semejanza de una prisión. Pero la corrige en una nueva etimología, según la cual el cuerpo es “salvamento” (soma, como si tuviera que ver con el verbo sotho, salvar) del alma, donde puede verse “sana y salva” durante su estancia en la tierra.”
Así, el cuerpo que encapsula al alma es una especie de nave en la que esta (sin estar realmente tan cómoda) pasa su estancia en el mundo sensible, siendo que ella pertenece al universo de las Ideas.
Ahora que tenemos en claro la noción de alma y la prelación que hay entre esta y el cuerpo respecto de la esencia humana, pasemos a considerar ciertos puntos críticos respecto del alma.
En primer lugar, la relación del alma con el bien.
“El Bien.—¿Qué es el bien? ¿Qué es la idea del bien? Ante todo, se trata de una idea. Esta idea está en lo más alto de la jerarquía en que todas se encuentran, porque las ideas —y esto es lo que hace posible una (…) comunidad— están dispuestas y organizadas jerárquicamente. De la idea del bien nos dice Platón que es la más digna y suprema; que es, repito, el sol de las ideas, y, sobre todo, que es la idea de las ideas. No hay que entender esto como una expresión simplemente ponderativa, sino de un modo mucho más estricto: la «idea de las ideas» es la que hace que las demás sean ideas, quien confiere a las demás su carácter de ideas.”
Así, si el bien es la idea de las ideas, como señala Julián Marías, es de entenderse que el alma humana es, como todas las otras cosas, dependiente en la jerarquía del Ser del bien. De esta manera se configura una noción de alma humana que no solo es inmaterial y eterna, anterior al mundo, sino también eminentemente buena.
Consideremos ahora el perfeccionamiento del alma para alcanzar a hombre completo, un tema que, de hecho, corresponde a la ética, pero que, consideramos, completa el cuadro antropológico de la filosofía platónica.
3. El alma: el mito del carro.
Para Platón, el alma humana tiene una forma tripartita, y lo deja planteado de forma sumamente clara en el mito del carro alado.
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La razón, según platón, ha de controlar los dos apetitos. |
El auriga representa a la razón, la cual debe controlar a los dos caballos del apetito: el concupiscible y el irascible. A este, debe controlarlo para que no lo arrastre fuera del camino correcto; y a aquél debe mantenerlo dominado para que no se detenga.
Así, cada parte del alma (apetitos irascible y concupiscible, y razón) tienen una forma particular de perfeccionarse. Veamos el siguiente cuadro. Este explica las virtudes que corresponden a cada parte del alma.
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Una explicación resumida de la razón y los caballos |